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La CEL “profundamente preocupada” por el impacto económico y social del parón de actividad decretado

La Confederación de Empresarios de Lugo (CEL) manifiesta la “profunda preocupación” que existe entre las empresas de la provincia por el parón de actividad decretado este fin de semana, que sin duda “compromete la viabilidad futura de un buen número de pymes y autónomos, que no podrán aguantar tantas semanas sin ingresos y atendiendo como siempre a sus obligaciones”.

“No se puede evaluar detalladamente por el momento el impacto, pero prevemos que será tremendamente negativo y significará la destrucción de empresas y empleo en un volumen considerable”; tendrá un coste económico y social “incalculable”, subrayan desde la organización empresarial lucense.

La CEL reitera su compromiso “con la seguridad y salud de la ciudadanía que, como venimos insistiendo, ha de ser lo primero”, pero considera que las decisiones sobre nuevos cierres deberían ser más sopesadas. “La actividad en un buen número de empresas que hoy se ven obligadas a cerrar podría continuar de forma normalizada con las medidas preventivas adecuadas, porque no es en éstas donde se están produciendo los contagios, y retomar el funcionamiento ordinario después de este parón será en unos casos muy complicado y en otros puede que imposible”.

Señala también que se continúan “echando en falta” medidas que palíen este paro forzado, como la suspensión del pago de impuestos y otras obligaciones. Se “está poniendo sobre los hombros de las empresas y autónomos toda la carga económica de la crisis sanitaria, y no podrán aguantar”.

Salvo las de los sectores considerados esenciales, la actividad económica está parada y las empresas sin posibilidad alguna de generar ingresos pero teniendo que afrontar sus gastos corrientes. Las vías de regulación de empleo establecidas y las líneas de avales no son suficientes para contrarrestar la sangría económica que esta situación está provocando.

Medidas laborales

La CEL ya manifestaba en un comunicado el sábado su “sorpresa y disgusto” por las medidas complementarias en materia laboral publicadas ese día vía Real Decreto y la “desafortunada” intervención de la Ministra de Trabajo y Economía Social, cuestionando “la honorabilidad y buena imagen” de las empresas.

Recordaba, y destaca una vez más, el “crucial papel” que empresas y autónomos cumplen generando riqueza y empleo, que son “el motor” de país y que “no es momento de ponerlas en el disparadero”. Considera que debería realizarse “un reconocimiento público y privado, y apoyo moral y legislativo para la empresa privada y sus trabajadores, para aquellos que seguirán al pie del cañón como servicios esenciales y para los que han de quedarse en casa”.